UN HISTÓRICO SEVILLA-CELTA
Es muy probable que los más conocedores de la historia del Sevilla Fútbol Club al ver el título de la entrada del blog hayan pensado que nos estamos refiriendo a la final de la Copa del Generalísimo que se celebró en el antiguo estadio de Chamartín el 4 de julio de 1948.
En ese partido el Sevilla FC se proclamaba campeón de Copa por tercera vez.
Sin duda alguna es un partido que ha pasado a la historia, pero para el autor del blog hay otro Sevilla- Celta aún más histórico.
En la Copa de 1948 se batió el récord de participación. Compitieron 140 equipos, 19 de los cuales eran andaluces. El histórico Calavera de la propia ciudad de Sevilla participaba por primera vez y también el Coria.
Del resto de España participan equipos que eran poco o nada conocidos como el Escoriaza, Maestranza Aérea, Chamberí, Juvencia, Circulo Polar, Ferroviaria, España Industrial o el Larache del Norte de África.
Era la primera vez que jugaban equipos de tercera división. El Sevilla queda exento hasta octavos donde elimina al Athletic Club de Bilbao. En el partido de ida expulsan al delantero centro Araujo, autor años antes del gol que daría al Sevilla su único título de Liga, por agredir a Gainza y lo sancionan con varios partidos, con lo que se perdía al delantero centro para toda la competición copera.
En cuartos de final nos enfrentamos al Castellón. En la ida empate a un tanto. En la vuelta el Sevilla goleó y venció por 7-0, con cinco goles de Mariano, sustituto de Araujo.
En semifinales se elimina a la Real Sociedad tras vencer 7- 1 en Sevilla y empatar en San Sebastián.
La otra semifinal la jugaban Español y Celta. En las eliminatorias quedaron empatados. No existían entonces las tandas de penalti para dirimir los empates, que se inventaron en una final del trofeo Carranza de 1962 entre el Zaragoza y el Barcelona y fue idea del directivo gaditano Rafael Ballester. La FIFA adoptó años mas tarde este sistema para dirimir empates en competiciones oficiales y no tener que recurrir a partidos de desempate, que entre otras cosas trastocaban los calendarios previstos.
Celta y Español tuvieron que jugar un partido de desempate en campo neutral. Se celebró en Madrid. Terminó de nuevo en empate, por lo que hubo de jugarse un segundo desempate. El Celta ganó ese partido en el último minuto y paso a la final contra el Sevilla.
Como los viajes de la época eran dificultosos, el Sevilla a la vuelta de San Sebastián decidió quedarse en Madrid hasta la fecha de la final. Llegaron a Madrid el 13 de junio.
Se hospedaron en San Lorenzo del Escorial y desde allí iban a Madrid a ver los partidos de desempate.
Por ese motivo la final se pospuso hasta el 4 de julio de 1948. Los sevillistas estuvieron casi 25 días en El Escorial entrenando y descansando.
El árbitro de la final era el muy conocido Villalta.
Saludo de los capitanes antes de comenzar el choque |
Jugaron por el Celta, Simón, Mesa, Caviño, Gaitos, Alonso, Yayo, Roig, Miguel Muñoz, Pahiño, Areitio y Vázquez.
Por el Sevilla, Busto, Joaquin, Belmonte, Alconero, Antunez, Eguiluz, Pineda, Arza, Mariano, Domenech y Campos.
Alineación del equipo Campeón de Copa en 1948 |
Sesenta mil personas se dieron cita en Chamartín. En el banquillo del Celta nada mas y nada menos que el mítico Ricardo Zamora.
Equipo del Celta de Vigo en aquella final. |
En el Sevilla entrenaba Patricio Caicedo, que había sustituido a Ramón Encinas, el entrenador que años antes había conseguido la única Liga que tiene el Sevilla y que paso a ocupar el cargo de secretario técnico, lo que en la época constituía una autentica innovación.
A Encinas los allegados le llamaban "Monchu" y puede considerarse el primer director deportivo que hubo en España y por supuesto el primero del Sevilla. Marcó escuela y cabría recordar a los más jóvenes su figura junto a posteriores como la de Pedro Marcos o la de Rosendo Cabezas que tantos talentos trajeron al Sevilla. Esto de la dirección deportiva no es nuevo y el Sevilla siempre tuvo excelentes profesionales en ese puesto no siendo ninguno de ellos imprescindible.
Comienzan marcando los celtiñas en el minuto 6 por mediación de Miguel Muñoz, que años mas tarde sería entrenador del Sevilla. Al poco, Mariano, delantero fichado al Zaragoza y sustituto del sancionado Araujo, empata de cabeza y con ese resultado los equipos se marchan al descanso.
Gol del empate, obra de Mariano |
En la segunda parte el equipo gallego comienza a notar los esfuerzos de los titánicos partidos de desempate y el Sevilla comienza a jugar mucho mejor.
En el minuto 60 Mariano marca el segundo gol, pero el portero gallego Simón resulta lesionado en esa jugada al chocar con un defensa. Como aún no existían los cambios el medio volante Alonso se pone de portero.
Mariano hace el tercero.
Con 4 a 1 Pahiño agrede a Eguiluz y es expulsado. El Celta acaba el partido con 8 jugadores.
Hay que recordar que en España hasta 1969 no se permiten los cambios de jugadores. Hasta esa fecha los once que empezaban tenían que acabar el partido y si alguien se lesionaba el equipo quedaba con uno menos. Luego se permitió el cambio solo si se lesionaban y fue ya en los años 70 cuando se permitieron dos cambios tácticos.
Curiosamente ese día de la final se disputaba también la última etapa de la Vuelta ciclista a España que terminaba justo al lado del Estadio. Hasta el último día se mantuvo el duelo entre Bernardo Ruiz, vencedor final y la gran figura de la época Dalmacio Langarica.
El ambiente en Madrid era espectacular ese día.
La Copa fue entregada por el General Franco y paseada por los jugadores del Sevilla de manera triunfal.
No menos espectacular y apoteósico fue el recibimiento del equipo en Sevilla, que volvió en autocar desde Madrid. La comitiva se desvió en Carmona, pasando por El Viso y Mairena para alcanzar Alcalá de Guadaira, pueblo natal del capitán sevillista Joaquin Jiménez Postigo y del centrocampista Pineda.
En Sevilla una multitud acompaña al equipo desde la Cruz del Campo hasta el Ayuntamiento donde es recibido por el Alcalde Sr Bermúdez Barrera.
El Ayuntamiento premió a cada jugador con un reloj de oro de la la marca CYMA y una pitillera de plata.
Reloj con el que fueron obsequiados los futbolistas. |
Al día siguiente los jugadores visitaron el Sanatorio del Gran Poder ( San Juan de Dios) donde estaban hospitalizados niños enfermos con los que compartieron el triunfo y la Copa.
Foto de la delantera de cinco firmada por los jugadores |
El 9 de julio se celebró una cena homenaje en el Hotel Andalucía Palace, como se observa en la invitación que se reproduce más abajo.
Dicho hotel era el Alfonso XIII al que tras la Segunda República se le cambió el nombre. En 1948 todavía no se le había vuelto a cambiar por el originario y actual.
Un aspecto muy desconocido es la posterior participación del Sevilla en el llamado trofeo " Eva Duarte de Perón" que enfrentaba al campeón de Liga y al de Copa. Una especie de Supercopa.
El Sevilla se enfrentó al Barcelona en Valencia y perdió ese partido por 1-0, gol de César.
Pero como decía al principio no es a este partido al que se refiere el partido histórico que da título a este blog.
El Sevilla-Celta al que nos referimos es el que se disputó el 18 de noviembre de 2017 en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
Y el lector se preguntara porque es histórico ese partido.
¿Quizás porque se daba la circunstancia de que en el banquillo del Sevilla se sentaba Eduardo Berizzo, que había sido jugador del Celta y en el del Celta Juan Carlos Unzué que había sido portero del Sevilla y que ambos poco tiempo después se vieron afectados por un cáncer de próstata y por la ELA dando notables lecciones de vida?
¿O quizás porque ha sido el partido de dos equipos extranjeros más visto en Dinamarca al reunir entre los dos equipos seis daneses ?
En aquella época jugaban en el Sevilla Kjaer y Krohn-Dehli y en el Celta Wass, Hjulsager, Pione Sisto (que a pesar de haber nacido en Uganda a los dos meses ya estaba en Dinamarca) y Emre Mor, que nació en Dinamarca pero optó por jugar con la selección de Turquía.
No, Por nada de eso fue histórico.
Lo fue porque , hasta la fecha, ha sido el el último partido al que el autor del blog asistió con su padre. El que nos enseño a amar al Sevilla.
El autor del blog junto a su padre, Manuel Fernández Pérez, antes de entrar al campo |
El que desde mucho antes de conocer a su esposa y emparentar con la familia Leal ya iba desde muy niño al viejo Nervión en la línea 17 del tranvía que que unía la Plaza de San Fernando ( actual Plaza Nueva) con la Gran Plaza.
Caricatura de Vicente Flores sobre el tranvía que iba al fútbol |
Imagen real del tranvía camino del fútbol |
Un auténtico Fiel de Nervión y un auténtico Leal de Nervión. Sevillista de cuna , que todavía recuerda como con solo 10 años y a punto de cumplir los 11 fue a recibir al equipo de sus amores a la Avenida cuando volvían de Barcelona tras conquistar en 1946 la única Liga que hasta la fecha tiene el Sevilla.
Fue acompañado de su padre y recuerda como los jugadores iban en coches de caballos enjaezados y eran aclamados por la multitud que entonaba cánticos de celebración.
No recuerda bien sin embargo la celebración de la final de Copa del 48, citada con anterioridad.
Vivió todos los avatares de las temporadas posteriores que no fueron tan brillantes en títulos , pero si en la calidad del fútbol que desplegaba el Sevilla y que siempre nos contaba.
Al autor del blog le parece haber visto jugar a muchos de aquellos jugadores por todo lo que su padre le contaba.
Arza, Domenech, Araujo, Busto, Ramoní, Campanal, Pepillo, Achucarro, Diéguez, Valero, Mut o Antoniet por citar algunos jugadores que sin que el autor del blog los haya visto jugar sabría perfectamente como se desenvolvían en el campo por la forma en que su padre lo explicaba en las múltiples conversaciones que mantenía con vecinos de localidad durante los partidos y por las explicaciones sobre su juego que a lo largo de mas de cincuenta años han surgido y por la comparación con futbolistas que han ido pasando por el Sevilla y que si pudimos ver juntos.
Tan bien lo contaba y lo sigue contando que uno llega a creer que sufre de anemoia, es decir nostalgia y añoranza por algo que nunca hemos vivido e incluso se llega a echar de menos un pasado en el que nunca hemos estado.
Por no hablar de la forma de entrenar de muchos entrenadores como Helenio Herrera, Diego Villalonga, Dan Giorgadis, Otto Bumbel, Eizaguirre o Max Merkel por poner ejemplos de los que el autor del blog nunca llegó a ver, pero de los que siempre escuchó hablar y llegó a imaginar como entrenaban y el trato que tenían con los jugadores.
O sobre aspectos de gestión del club. Las formas de D. Ramón Sánchez-Pizjuán, D José Ramón Cisneros, el amargo trago que tuvo que sufrir de D. Manuel Zafra Poyato cuando el equipo baja a segunda en la temporada 1967-68.
De manera inconsciente nuestro padre iba alimentando en el autor del blog la curiosidad por la historia de nuestro querido Sevilla Fútbol Club.
Se casó en 1964 con la hija del Dr. Leal Castaño, médico de la entidad desde 1924.
Era imposible incrementar su sevillismo porque ya estaba bien afianzado desde niño.
Cuando fuimos llegando los hijos al mundo, ir al campo del Sevilla desde pequeñito era mucho más que un rito.
Podía llover, tronar o hacer 45 grados. Si jugaba el Sevilla era inconcebible estar en otro sitio que no fuera el Sánchez-Pizjuán.
Muchas temporadas yendo juntos al fútbol hasta que por las circunstancias de la edad y un par de achaques coronarios dejó de ir al estadio, aunque seguía el equipo a través de la televisión.
Fue en la tele donde observaba los cambios que había tenido el Estadio.
Un día nos dijo a varios de sus hijos que quería volver al campo para ver en vivo las nuevas butacas que habían teñido de rojo la bombonera.
Los hermanos hicimos una gestión con el club a través de Rafael Carrión hijo, para ver como se podía acceder al Estadio en ascensor a una localidad que íbamos a sacar.
Al saber el motivo Rafael Carrión , al que desde estas líneas agradezco de nuevo el trato recibido ese día, nos dijo que nuestro padre vería el partido en el palco acompañado por el hijo que nosotros dijéramos. Los hermanos del autor del blog decidieron que por ser el primogénito fuera este quien lo acompañase.
Antes de entrar al Estadio nos vimos casi todos los hijos y gran parte de los nietos.
El autor del blog junto a su padre e hijos |
El partido era un Sevilla- Celta. Sábado 18 de noviembre de 2017. 18,30 horas. Histórico para el que escribe.
Día de nervios y emociones en el que toda una vida de instantes vividos vinculados con el Sevilla pasa por la mente.
Vuelta a la infancia, a la adolescencia, la emancipación y la llegada de los nietos. Todo acumulado en un corto espacio de tiempo. Curiosa sensación de ver pasar casi 50 años de vida en 90 minutos.
Se vienen a la mente esos rituales de domingo de partido en casa. Misa matutina que casi no se escuchaba porque solo se pensaba ya en el partido, comida temprano y viaje en coche desde Alcalá de Guadaira en la infancia y las afueras de Castilleja en la adolescencia.
El autor del blog y su padre, saliendo un domingo para el fútbol. Al fútbol se iba bien vestido a finales de los 60. |
Otra partida en coche hacía el Estadio |
Parada en casa de los abuelos maternos en Eduardo Dato , recortar el marcador simultaneo "Dardo" del ABC y a enfilar el camino del campo de la mano de tu padre. Vivir los partidos con intensidad y pasión fuera cual fuera el rival y fuera cual fuera la división en que militásemos.
Daba igual que el rival fuera el Madrid, el Barcelona, el Baracaldo, el Pontevedra o el San Andrés. No se concebía dejar de estar con el Sevilla.
Los partidos de fuera tenían también su ritual. No había televisión y todos los partidos se jugaban el domingo a las cinco de la tarde. Se podía escuchar el Carrusel o buscar la retransmisión que el Maestro Araujo hacía del partido de fuera. Siempre la opción era la segunda, porque además existía, y aún existe, amistad entre nuestro padre y el Maestro Araujo.
La radio en el poyete de una ventana que daba a un pequeño jardín. Los niños vestidos de futbolistas intentando hacer las jugadas que narraba el Maestro Araujo y nuestro padre centrando los balones o chutando de lejos al que le tocaba hacer de portero. Si llovía en el campo donde se jugase y en Sevilla hacía sol se regaba el sitio donde jugábamos hasta encharcarlo. Si el partido era bronco, las patadas al contrario se reproducían en nuestro juego. No había camisetas oficiales , pero se buscaban en las mercerías camisetas de paño para imitar las combinaciones que en aquella época resultaban llamativas.
Fueron innovadoras las camisetas de portero de Rodri y Bonilla, primeros guardametas del Sevilla a los que el autor del blog recuerda haber visto jugar. O la equipación roja con calzón blanco para jugar fuera de casa de cuyo color sólo teníamos conocimiento por la narrativa del Maestro Araujo, ya que la televisión era en blanco y negro.
En las imágenes de abajo se pueden ver las distintas combinaciones que de pequeños hacíamos y la de los cromos de la época
Antonio Fernández Leal de rojo y blanco |
Biri Biri de rojo y blanco |
El autor del blog imitando a Rodri y Bonilla |
Aquel Sevilla-Celta avanzaba y por la mente del autor del blog pasaban todos aquellos partidos a los que fue con su padre. Siempre abonados ya fuera en Tribuna de Preferencia, Voladizo de Preferencia, de pie el Gol Sur o finalmente en Fondo, según las circunstancias económicas lo fueran permitiendo.
La mente nos llevaba al anecdotario de las vivencias del pasado y a recordar como de pequeño nos había llamado la atención que en la temporada 1976/77 el máximo goleador del Celta fuese su portero Fenoy.
Marcó 5 goles, casi todos desde el punto de penalti. Le marcó a Elche, Real Sociedad y dos a Las Palmas. El quinto se lo marcó al Real Madrid. Tiró el penalti , pero se lo paró Miguel Ángel y en el rechace Fenoy marcó.
Fenoy se dispone a tirar penalti frente al Elche |
Fenoy tirando penalti frente al Real Madrid |
Los goles fueron conseguidos en las jornadas 3 (Fenoy marca a Arconada de la Real Sociedad), en la 5 (A Esteban del Elche), en la 7 ( A Carnevalli de Las Palmas) y en la 9 el del Real Madrid.
Fenoy se encaramó en el liderazgo de la tabla de goleadores en la jornada 9 con 4 goles.
A Las Palmas le volvió a marcar en la jornada 24 en el partido de vuelta que se disputó en un campo anegado. al que los jugadores tuvieron que acceder al campo como se observa en la foto.
En la jornada 31 falló su único penalti ante el guardameta del Hércules, Humberto.
Pasaban por la mente también los primeros desplazamientos con el Sevilla. El primer viaje en avión del autor del blog con solo 7 años para ver al Sevilla contra el Rayo Vallecano en Segunda División en el campo de Vallehermoso.
O el repentino viaje a Pamplona años después, atravesando España entera en coche para ver 90 minutos de fútbol.
O aquel viaje que con tanto cariño había organizado para ir a ver al Sevilla a Lisboa en partido de la Copa de la UEFA de la temporada 83/84 y que no pudo hacerse realidad con él porque un infarto de miocardio que requirió una operación delicadísima en la época lo impidió.
Sabiendo nuestra ilusión por ese partido , aún convaleciente, lo organizó todo para que un amigo suyo nos llevase a Lisboa en el que fue nuestro primer desplazamiento europeo.
Venían a la mente también los comentarios de compañeros de colegio a los que ya en la adolescencia recogíamos para llevarlos al estadio. Todavía hoy cada vez que nos vemos me siguen dando recuerdos para mi padre y recordando aquellos trayectos en los que además de fútbol se hablaba de manera distendida de nuestros avatares de la adolescencia.
Olor a puro y brandy en invierno con los cristales empañados del coche en los días de lluvia. Ventanillas abiertas en verano para ir a Coria a ver el partido que siempre jugaba el Sevilla en aquella localidad.
Inolvidables trofeos Ciudad de Sevilla ya fuera en el Campo del Sevilla o del Betis, donde podíamos ver a equipos de renombre internacional como el Honved de Budapest, Peñarol , Ferencvaros, Dinamo de Moscú, Independiente de Avellaneda, Benfica, Sporting de Lisboa, Dinamo de Kiev, Cruzeiro, Hadjuk Split o Vasco de Gama entre otros.
Quedarnos a ver el Sevilla Atlético cuando jugaba tras el primer equipo o ir por la mañana a la Ciudad Deportiva a ver al filial.
Los desplazamientos al Colombino, el Carranza o el trofeo Ciudad de la Línea siempre quedarán en la memoria.
Los primeros partidos de sus nietos en el Sanchéz Pizjuán cuando aún no habíamos tocado gloria y deambulábamos en la segunda división y nos visitaban Leganés, Toledo; Ferrol o Universidad de Las Palmas.
Las llamadas emocionadas tras el gol de Puerta al Schalke o tras la final de Eindhoven, partidos a los que ya no pudo asistir por un segundo problema coronario. El recuerdo emocionado de haber querido vivir a su lado las finales de Eindhoven, Mónaco, , Madrid, Barcelona, Glasgow, Turín, Basilea, Varsovia o Cardiff.
No podría poner en pie ese partido contra el Celta, pero nunca olvidaré todo lo que ese día sentí viendo pasar los trozos de esa vida en una película de instantes vividos.
Un partido histórico, en el que toda una vida junto a mi padre pasó por mis retinas.
La final de Budapest me hizo revivir ese partido contra el Celta y pasar de nuevo la película de mi vida sevillista.
Viví la final junto a mis hijos, hermanos y sobrinos. Todos provenientes de un tronco común. El abuelo.
El autor del blog ha tenido la suerte y el privilegio de estar en todas las finales jugadas por el Sevilla en UEFA ( a excepción de Colonia por pandemia) y en Copa del Rey. Puedo asegurar que ninguna la ha vivido con tanta intensidad, al igual que las semifinales y los cuartos de esta edición.
El fútbol no atiende a razones. Y el Sevilla FC aún menos.
Parafraseando a Núñez de Herrera, " en esos momentos, no se razona. Se siente nada más."
Es difícil explicar con palabras lo sentido. Los abrazos de mis hijos, las miradas cómplices, las lágrimas saltadas, la unión que todo eso genera y que sabes que se hace extensiva a otras muchas facetas de la vida, que no queda en la banalidad del mero fútbol, que refuerza los lazos de unión de la propia familia, que es un sentimiento compartido que va más allá de la razón, pero que une y fortalece los vínculos diarios.
En cada abrazo de mis hijos, mis hermanos o mis sobrinos proyectaba un abrazo a mi padre que estaba en Sevilla viendo la final.
Arrigo Sacchi afirmó que "el futbol no era cuestión de vida o muerte , pero que el fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes".
Pero que importante es que el fútbol sea un nexo de unión que sin ser importante termina fortaleciendo las otras cosas más importantes.
Y una de ellas son las relaciones paterno-filiales. Todos esos juegos, viajes, tardes de domingo compartidas son un refuerzo de la relación que se extiende luego a otros aspectos de la vida. Cuantas conversaciones importantes se mantienen en esos momentos mezcladas con comentarios aparentemente banales.
Hasta que no eres padre no eres consciente de lo que tus padres te han querido y de lo que significa compartir una afición que además se vive con pasión.
El día que se publica esta entrada mi padre cumple 88 años y podemos afirmar que nos inculcó cosas mucho más importantes que el fútbol, pero también que todo lo vivido a su alrededor jugó y sigue jugando en las generaciones venideras un papel fundamental para fortalecer las cosas realmente importantes. Pero eso se queda para el ámbito privado.
Gracias por hacernos sevillistas.
Y gracias por todas las demás cosas importantes, que son muchas y muy buenas. Gracias por todo y gracias por tanto.
El 23Fortuna de s del equipo fueron el rojo y el negro
Magnífica crónica Manolo. Me ha emocionado de corazón el homenaje a tu padre y su importancia en transmitiros Valores y Fidelidad al Sevilla FC. Enhorabuena.
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